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Pautas técnicas para el cultivo de alfalfa

Objetivo de la alfalfa

El objetivo de una pastura basada en alfalfa es proveer mucho forraje de alta calidad durante varios años. Esta especie posee una gran tolerancia a la sequía, permite confeccionar reservas de alta calidad y produce durante un período del año en que es necesario cuidar otras pasturas sembradas.

Buenos cultivos de alfalfa pueden permitir un menor uso de verdeos de verano, dentro de una estrategia que apunte a pasturas perennes que son más eficientes biológica y económicamente.

Instalación

Un buen cultivo de alfalfa no necesita más de 70 plantas/m2. Esta cantidad de plantas puede lograrse con una densidad de siembra de 4 Kg/ha. Cantidades excesivas de semillas retrasan el desarrollo radicular y no son aconsejables. A su vez, se ha observado, que siembras realizadas con densidades muy diferentes rápidamente coinciden en poblaciones similares. Lo que demuestra que no tiene sentido la densidad alta.

En El Sembrador se siembran 12 Kg/ha de semillas de buena calidad tratadas con Metalaxil, buscando equilibrio entre producción de forraje y de semillas. Es probable que esta cantidad de semillas se pueda disminuir aún más si se controlan los demás factores que afectan la instalación, tales como enmalezamiento o profundidad de siembra. De acuerdo a la investigación es altamente probable que se mejore mucho el porcentaje de instalación cuando se usa un fungicida como metalaxil que controla varios hongos del suelo (ej. Pythium y Phytophtora), siendo éste compatible con el inoculante.

Para el control de malezas durante la implantación se usa Preside premergente a razón de 500cc/ha en chacras que vienen de soja. De esta manera se logra que no haya competencia de malezas en la etapa inicial, que es sumamente importante para alfalfa.

La siembra de otoño, pura o asociada es preferible a la de primavera, ya que permite un mejor control de malezas. No obstante la siembra de primavera es posible, aunque tiene mayor dependencia de las lluvias.

Fertilización

La política de fertilización de El Sembrador apunta a mantener 20 ppm de P en todas las chacras. De acuerdo a la información de la Facultad de Agronomía este es el contenido de P en el suelo ideal para la alfalfa. La respuesta a la fertilización con P encontrada por Formoso en la Estanzuela es lineal y alcanza los 13,2 KgMS/Kg de P2O5 durante el período de mayor productividad. El hecho de que la respuesta sea lineal indica que si el primer kilo de fertilizante es rentable, todos los siguientes son igualmente rentables. No se encontró un máximo de respuesta dentro de las dosis ensayadas. La alfalfa es una leguminosa que tiene alta proteína. Ésta requiere azufre, por lo que conviene agregar este elemento. La forma práctica de hacerlo es usar superfosfato simple como fuente de P y S.

Sin duda una buena alfalfa necesita ser bien fertilizada.

Suelos

La alfalfa puede cultivarse en suelos bien drenados y medianamente profundos con pH mayor a 5,4. Si bien los suelos ideales son los fértiles y profundos, es posible obtener buen comportamiento en suelos con algunas limitaciones. Prefiere pH cercano a la neutralidad. En suelos ácidos es necesario aumentar la fertilización P o encalar. El encalado tiene la dificultad de que se necesitan cantidades grandes de cal y además en sistemas de siembra directa no es posible su incorporación al suelo. Aunque es relativamente ineficiente, en suelos con pH limitante pueden aplicarse 1.000 Kg/ha de cal en superficie.

Control de malezas

Los herbicidas más usados son Preside, Venceweed o su mezcla ( 400 cc/ha+ 800 cc/ha). El primero tiene un amplio espectro de control, pero se le escapan cardos y polygonáceas, que pueden controlarse con el segundo.

Otros herbicidas que pueden usarse son Simazina (1,5-2 Kg/ha de producto comercial al 90%), Diuron (1,5 l/ha de PC al 80%), Clorimuron (30 g/ha de producto comercial), Imazetapir (0,06g/ha de IA).

Para el control de gramíneas puede usarse cualquier graminicida si la alfalfa no fue sembrada con gramíneas.

Control de insectos

En El Sembrador para control de lagartas y epinotia se usan insecticidas fisiológicos inhibidores de la síntesis de la quitina (ej. Alsystin 150 cc/ha) o aceleradores de la muda (ej. Intrepid 200cc/ha). Para el control de pulgón se usan dosis bajas (300 cc/ha) de clorpirifos, lo cual es raramente necesario. El principal problema puede ser un ataque de chinches, ya que no hay insecticidas amigables con el ambiente y los polinizadores.

Variedades

Se recomienda usar variedades originadas en la región debido a su mejor comportamiento sanitario. Las variedades Chaná y Creoula están bien adaptadas a nuestras condiciones. También puede encontrarse buen comportamiento de variedades argentinas. Las variedades sin latencia invernal tienen pobre comportamiento sanitario, pero pueden usarse siendo conscientes de esa limitación.

Chaná produce más que Creoula y es mejor para enfardar. Creoula es más precoz y más hojosa. Pueden complementarse en su uso dentro de un predio.

El Sembrador produce semillas de Chaná provenientes de 27 Kg entregados al Sr. Máximo Rochon, padre de Arnoldo Rochon (actual titular de la empresa), `por La Estanzuela cuando la variedad se liberó al mercado en la década del 60. De ahí en adelante se multiplica de forma cerrada en el establecimiento Los Ombúes. El uso pastoril y la multiplicación en chacras longevas, bajo diferentes condiciones de clima y de suelo han permitido un proceso de selección natural adaptativa y productiva a partir del material original.

Manejo

En El Sembrador las alfalfas se pastorean y se enfardan. Para el pastoreo se realiza manejo en dos o tres franjas diarias con carga instantánea alta para controlar la selectividad del ganado, entrando con los animales llenos y el cultivo sazonado para controlar el meteorismo.

El tiempo entre pastoreos se decide en función del rebrote evitando que el ganado llegue a comerlo o del inicio de la floración en la época en que ésta ocurre.

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